27 agosto, 2009

La UPLA. en 229 palabras.


Y avanzo hiendo hacia las clases que realmente me gustan, a esas clases que no me corresponden, aunque es este momento eso no importa.
Las clases forzadas, las lecturas obligatorias, el deber de cada alumno de traicionar a sus compañeros a cambio de un azul con valor a sangre.
Aun así continuo, porque mi matricula me obliga a eso y a continuar engañando a mis amigos. La carrera ya no me atrae, se volvió algo patética, muy distinta a lo que nos ofrecieron cuando nos hicieron firmar.
Pero me gusta venir, creo que solo aquí puedo conocer a la gente del mundo, veo a pobres y ricos juntos, a punk`s y cuicos y puedo darme cuenta que todos son iguales.
Y avanzo hiendo al salón 501, hacia una clase que nunca fue concebida como tal, pero que reúne a estudiantes, a quienes desean aprender y a quienes desean enseñar.
Y avanzo con mis permanentes, con mis hechizos, hacia una clase sin profesor, sin estudiantes, sin gente común, sin gente extraña, solo con gente sin adjetivos, solo con caminantes de planos sin calzón que los controle pero llenos de pantaletas bajo sus camas.Y es allí donde esta la U. que me gusta, donde aprender es algo común, donde no hay superiores ni inferiores, es allí donde vale estar matriculado porque entre golpe y golpe, mi entusiasmo se ve autosatisfecho...

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