
No sabes como me siento, porque crees que eres tú la que esta haciendo lo correcto. ¿Quién te ha dicho que yo deseaba que así pasara todo este tormento? ¿Quién te ha dicho que mis pesadillas eran de este modo?
Odio a los que son como tú, que creen que están haciendo lo correcto y apenas son capaces de ponerse en pie cuando caen. Odio a los que son tan inseguros que lo único que logran es hacer que uno más los ame. Odio a los que son… como yo.
No importa cuanto te haya dañado porque tú que muchas veces sufriste con mis actitudes estas haciendo lo mismo que yo hacia. Pero te odio porque si yo te lastimaba era sin intenciones pero tú lo haces sabiendo que el dolor es algo que realmente puede lastimar al mundo.
Ángeluz.
Ezequiel.
Álvaro.
¿Nunca pensaste por qué esos nombres?
Eres tan tonta como una niña que intenta ser madura, eres tan idiota como el herido que intenta seguir adelante con su sangre brotando en cada paso que da.
¿No era yo el infantil?
¿Cómo me sentiré cuando vea como lloras por mi culpa?
Pero creo que puedes tener razón, creo que es mejor así. En silencio veré como los héroes caen en batalla, en silencio veré como el dolor cubre la tierra, en silencio veré como el tú te consumirás en el fuego de la batalla.
Recuerdo cuando la misma bandera era nuestro orgullo. ¿Quién esta en tu cama esta noche? En la mía estará el reemplazo que encontré apenas te diste la vuelta la primera vez. En mi cama estará la otra de la cual nunca supiste, estará la que realmente vale la pena.
Quiero verte.
No recordaba que escribieras pero tampoco recordaba que aun estabas con vida. Recuerdo cuando Ángeluz te llamo desde lo más hondo de mi ser, recuerdo como mis manos sangraban mientras tu oscuridad amenazaba mi vida. Recuerdo cuando le prometiste acabar con nuestras existencias y él recuerda que esa promesa aun no se cumple. Déjame invitarlo y hacerte sufrir.
Déjame traer a ese asesino que nunca has conocido y que le temes como le temes a la muerte. ¿Cuántas veces le has visto a los ojos? Dime maldita mujer de cristal, porque Yuki es la que habla cuando mis armas entran en tu cuerpo cada crepúsculo. Ahora veras como la autorización me llega desde el cielo, mis dioses me permiten lastimarte lentamente hasta que pidas la muerte, mis dioses me permitirán lastimarte con cada una de mis personalidades dolidas.
Ángeluz,
Ezequiel,
Álvaro.
¿Crees qué ellos son fantasías de locura?
Los ángeles que Dios creo para acabar con el mundo están guardados en una vasija llamada mi cuerpo, esperando que los dioses mande a acabar con tu tierra, que deba ser devastada con tu pueblo mientras yo me regocijo en la sangre que desde tus muñecas brotara.
Como odio a los que creen tener en sus manos la definición de justicia. Como odio a los que creen que están haciendo lo correcto. Como odio a los miles que interpretaran las palabras de este escritor sentimental como una amenaza que nunca se cumplirá.
Pero amo a aquellos que siempre comenten errores, amo a aquellos que no distinguen el bien del mal. Amo a aquellos que temerán por sus vidas cuando lean mis palabras.
Esto no es una amenaza, no es una advertencia, no es algo que escribimos por desprecio, es algo que escupimos sobres sus cadáveres putrefactos mientras arrancamos muestras armas llevándonos tu alma, mujer de cristal.
Esperamos, espero, espera, que tu sufrimiento sea suficiente tributo para que Ezequiel vuelva a la vida que tú le robaste.